viernes, 22 de abril de 2011

Huellas


Una noche un hombre tuvo un sueño.
Soñó que caminaba por la playa con el Señor.
Por el cielo aparecían escenas de su vida.
Por cada escena él notó dos pares de pisadas:
uno le pertenecían a él, y el otro
al Señor. Cuando apareció ante él
la última escena de su vida, él volvió
su vista atrás y contempló las pisadas en la arena.
Notó que muchas veces
por el sendero de su vida había
sólo un par de pisadas. También
notó que eso sucedía en los momentos
más difíciles y más tristes de su vida.
Eso realmente le molestó y decidió
preguntarle a Dios cuál era la razón.

"Señor, Tú dijiste que una vez que
decidiera seguirte, caminarías conmigo
siempre. Pero he notado que durante
los momentos de más conflicto en mi vida,
hay solo un par de pisadas. No entiendo por qué
cuando más te necesito conmigo,
Tú me dejas".

El Señor respondió:

"Hijo mío, mi querido hijo, yo te amo y jamás te dejaría.
Durante los tiempos de prueba y sufrimiento, cuando sólo ves un par de pisadas, 
es porque te llevo en mis brazos."

No hay comentarios:

Publicar un comentario