miércoles, 28 de noviembre de 2012

Carta para nadie





Desde el delirio que me provocas tú;

Hoy me reí porque supe que me recordaste e intentaste encontrarme pero fue en vano no me ubicaste.
Sí, hoy sentí tus sonrisas que velan desde el recuerdo y que dicen lo que nunca te atreviste a decir.
Anhelaste descansar en mí tan solo un instante, me necesitaste… lo sé… lo sentí.
Lo vi en ese par de ojos voraces fijando la mirada hacia el horizonte, perdiéndote y recordando las locuras que nos dijimos y aquellas que casi, pero que nunca salieron a la luz, aún sabiendo, que el otro ya las sabía de antemano.
Lo vi en tus manos sudorosas, me demostraron lo nervioso que estás, las llevas a tu cabeza te despeinas e inmediatamente enciendes un pucho…
Y te veo así y me río, risas de penas, por el gran dolor que me causa no poder contenerte no poder  apaciguarte… abrazarte.
Hacerte reír una vez más! Bobadas! tan solo bobadas, y tú me llamas la atención y me enseñas como deben ser ciertas cosas, intentas corregirme… sin sentido no te hago caso te ignoro no te escucho cállate!!! Tú no sabes nada! Y yo tampoco… ecos de risa…
no me importa, te quiero a ti al alba… al atardecer… al anochecer… a la medianoche tiempo en que las almas se reencuentran.
 Catriel.              

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tinta





                                     Fotografìa de Victor Bezrukov



La tinta invisible que no le permiten escapar

desea salir ser vista una vez más,

pero el presente la recuerda vagamente y el futuro ni la nombra

no la ha tenido en cuenta en sus castillos de sueños…

Aún la tinta espera en un rincón,

debajo de la almohada, entre las miradas,

por ahí espera suave, dulce, llena de sentimientos volátiles…

La tinta de fuego se entretiene 

espera entre los sueños 

entre los ojos tiernos de la niña acallada.


Catriel