Nunca supe SER

Nunca supe ser total
la claridad se torna bizarra
¿volar o caminar?
Prefiero lo primero
Volar... porque, en verdad, no sé lo que se siente
Volar... para no caminar

Nunca seré tuya
porque nunca seré mía

Uh! que melodía se escucha!
me provoca contornear
tú mirada celestial.

¿Todo ser o todo devenir?
Da igual, pero sí es difícil SER...
No desees lo imposible amor fugaz

No esperes de mí lo que no supé ser.
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Huellas

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Una noche un hombre tuvo un sueño.
Soñó que caminaba por la playa con el Señor.
Por el cielo aparecían escenas de su vida.
Por cada escena él notó dos pares de pisadas:
uno le pertenecían a él, y el otro
al Señor. Cuando apareció ante él
la última escena de su vida, él volvió
su vista atrás y contempló las pisadas en la arena.
Notó que muchas veces
por el sendero de su vida había
sólo un par de pisadas. También
notó que eso sucedía en los momentos
más difíciles y más tristes de su vida.
Eso realmente le molestó y decidió
preguntarle a Dios cuál era la razón.

"Señor, Tú dijiste que una vez que
decidiera seguirte, caminarías conmigo
siempre. Pero he notado que durante
los momentos de más conflicto en mi vida,
hay solo un par de pisadas. No entiendo por qué
cuando más te necesito conmigo,
Tú me dejas".

El Señor respondió:

"Hijo mío, mi querido hijo, yo te amo y jamás te dejaría.
Durante los tiempos de prueba y sufrimiento, cuando sólo ves un par de pisadas, 
es porque te llevo en mis brazos."

Donde quiera que fuese

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Las gaviotas anidan
no vuelan sobre el mar.
Capullos marinos
bajo el cielo azulado.
Piedras por millar
atrapadas en el mar.
Donde quiera que fuese
el viento sopla sin cesar
desata una tormenta de arena
sin calma, sin rumbo
a la deriva.
El mar enfurecido fabrica
espuma al compás de las olas,
mientras, donde quiera que fuese,
se escucha la milonga del abatido.

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Trasluz

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Aún no veo tu rostro
y ya mis labios piden por tí.

No recuerdo tu aroma
pero huelo tú dulce
frescura varonil.

Querrán tus labios
posarse en los míos?
o quizás simplemente
dibujarme una sonrisa?

El reflejo de tú silueta
me acompaña día y noche.
Real o irreal... quién sabe?
En tí me posaré...
confundiéndome con tu silueta.

La brisa fresca de la mañana
trae con sí
aromas enraizados en mi piel,
son un dulce néctar irresistible...

¡fruta prohibida que tanto anhelo!

Llanto seco…

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Siento que es real

tú mirada, tú andar.

Lastima el llanto

seco…

en mi pecho.

Ojos como faros

iluminan tu rostro

inmóvil, sombrío.

Dedos enredados en

mi cabello rizado

capturan esencia de coral.

Aún juegas a ganar?

hasta cuando soportar?.

Las garras, sostienen

la presa

lista para  servir

en la mesa patriarcal.

Llanto seco sin igual

como otoño sin hojas caducas,

como rosas sin espinas…

                                           Catriel.

Palabras

Se necesita decir muchas palabras

para que se entienda el anhelo profundo

del ser que habita dentro de mí?

Cualquier respuesta que sea

no permitiré que nadie me la dé,

no escucharé frases ingenuas carentes de profundidad,

de pasión que queman el corazón.

Hay veces en que no se sabe de donde proviene el murmuro

solo con saber que está vacío

me calma la sed del alma.

Lejano desde lo picos nevados

pronuncian palabras soltando al viento

peligrosas espinas venenosas,

una por una caen en lugares dispersos

hiriendo al transeúnte.

Con giros y giros voy esquivando una por una,

caen sobre mi

me levanto una y otra vez

sin esperar odiar, sino amar.

Vanas palabras salen de tu boca

resisto sin desvanecer pero al final

sé que todo culmina aunque sabré que viví girando

dando mil vueltas

quizás sí! Pero viva resistiendo, 

asistiendo al sonar de las trompetas.

Lejano

Lejos de mi casa allí en el camino corto,
se descubre lo eterno
lo maravilloso.
Un suave y fresco perfume
se revela,
aromas enlazados trae el viento.
Se siente tu presencia allí
lejos de mi casa,
te miro y no me miras,
te siento y no me sientes.
Vas desapareciendo
y te vas...
volando con el viento