Diciembre, 2012
Querido Carlitos,
Te fuiste sin despedirte, sin decirme adiós. Nunca creíste que aún te recordaba, ¿cuántas preguntas sin respuestas hubieron? ¿cuántos saludos sin darnos? ¿cuántos recuerdos guardados en el cajón o en cajones? ya no lo sé...
Qué te llevó a tomar tal decisión? Cuanta vida desperdiciada!!! Toda una vida por delante Carlitos!!!...
¿Te podría haber ayudado? ¿en qué me equivoqué? ¿porque cerramos las puertas? ¿Porqué no corriste hacia mí? yo te hubiese ayudado...!!!
No somos perfectos, nadie lo es, todos cargamos con una o varias mochilas. El triunfo está en quitarlas de encima, resolver esa carga pesada, buscar la solución es la clave... refugiarte en Dios hubiese sido la decisión correcta. Es de valientes enfrentarse contra esos fantasmas que nos atemorizan día tras día... y tú lo eras, eras un hombre muy valiente.
Mis palabras ya no son consuelo para ti, ya no estás... ya no nos escuchas te fuiste sin despedirte...
Podría decirte tantas cosas, si supieras lo que he vivido en todos estos años, seguramente hubieses optado por otro camino... la vida no es color de rosa como al parecer lo pintan por ahí en este mundo frívolo, ausente, vacío... hubieses comprendido Carlitos y estoy casi segura que hubieses luchado contra toda adversidad.
De nada sirven los reproches, ni las preguntas que no tienen respuestas, pero sí te puedo decir que me queda un sabor amargo, un dolor profundo en mi alma...
Que nuestro Señor te guardé, te acompañé y te consuele querido amigo... aquí en este vástago mundo continúo luchando contra toda adversidad sacando fuerzas de donde sea para seguir batallando en esta larga batalla que nos da la vida misma.
Ya no tengo palabras... no encuentro el consuelo... simplemente decirte que te quise, te quiero y te querré siempre... pronto nos veremos Carlitos.
Tu eterno amor, Natalia
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