sábado, 23 de julio de 2011


Retrato

La recuerdo mujer voraz
tierna al hablar
de mirada sencilla
lejana y enmudecida.

Ser mujer aún no lo era
niña loca prefería ser.

La timidez la hundía en risas,
largas risas chillonas.

Cual compañera al caer la noche era
compañera de la vida,
compañera de ojos tristes.

¡Cuanto daría por acallar sus penas!
¡Cuanto daría por acariciar su rostro!

Inquieta niña dulce
muévete al compás de las olas
saca de las profundidades
los frutos marinos que llenan
mi corazón de ti.