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Desde el delirio que me provocas tú;
Hoy me reí porque supe que me recordaste e intentaste
encontrarme pero fue en vano no me ubicaste.
Sí, hoy sentí tus sonrisas que velan desde el recuerdo y que
dicen lo que nunca te atreviste a decir.
Anhelaste descansar en mí tan solo un instante, me
necesitaste… lo sé… lo sentí.
Lo vi en ese par de ojos voraces fijando la mirada hacia el
horizonte, perdiéndote y recordando las locuras que nos dijimos y aquellas que
casi, pero que nunca salieron a la luz, aún sabiendo, que el otro ya las sabía
de antemano.
Lo vi en tus manos sudorosas, me demostraron lo nervioso que
estás, las llevas a tu cabeza te despeinas e inmediatamente enciendes un pucho…
Y te veo así y me río, risas de penas, por el gran dolor que
me causa no poder contenerte no poder
apaciguarte… abrazarte.
Hacerte reír una vez más! Bobadas! tan solo bobadas, y tú me
llamas la atención y me enseñas como deben ser ciertas cosas, intentas
corregirme… sin sentido no te hago caso te ignoro no te escucho cállate!!! Tú
no sabes nada! Y yo tampoco… ecos de risa…
no me importa, te quiero a ti al alba… al atardecer… al
anochecer… a la medianoche tiempo en que las almas se reencuentran.
Catriel.